Con la finalidad de evitar que crezca la actividad de las pintas, escrituras, dibujos, signos, gráficos extraños y eventuales códigos de comunicación entre las bandas delictivas en la entidad, ayer durante los trabajos parlamentarios del quinto Periodo Ordinario de Sesiones de la LVIII Legislatura Mexiquense, los diputados Marcos Manuel Castrejón Morales y Enrique Mendoza Velázquez del Partido Revolucionario Institucional (PRI), presentaron la iniciativa de decreto para reformar la Ley de Mediación y el Código Penal para regular la actividad del graffiti.
El documento propone que toda aquella persona sorprendida al realizar este tipo de comportamientos sin permiso alguno, será considerada como un delincuente primerizo por lo que a causa de realizar pintas será sujeto a un mecanismo de justicia restaurativa.
Al ser tomado en cuenta como la primera vez que comete un delito, a quienes se le sorprenda cometiendo dicho delito se les concederá el beneficio de presunción de la inocencia, por lo que al considerar su actuar como inconsciente, irreflexivo o torpe, los delincuentes tendrán que someterse a un tratamiento y educación especiales, solo por las dos primeras ocasiones, mientras que para una tercera vez, será sujeto al marco de la norma penal.
Esta iniciativa convoca a los Ayuntamientos a prevenir y regular las actividades tendientes a elaboración de murales, rayados, pinturas u otras cosas similares sin autorización de los dueños de las propiedades o las autoridades correspondientes.
Se señala la viabilidad de que el mismo Ayuntamiento designe los posibles espacios para estas prácticas tendientes a la dignificación y uso del “arte urbano”, ya que es de gran importancia sobre todo para la juventud pero siempre debe ceñirse a normas de respeto y convivencia.
Esto ya que “todos hemos sido testigos de una insidiosa, umbría y subrepticia proliferación de pintas, escrituras, dibujos, signos y gráficos extraños que, en paredes, bardas y edificios, aparecen de la noche a la mañana ‑pues los vándalos-artistas se escudan en la oscuridad‑ y, además de dañar propiedades ajenas, deterioran la imagen urbana y, lo más grave, pueden constituir el primer paso en una pendiente resbaladiza de impunidad y desorden”.
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