Gracias a un cambio oportuno en el Código Contravencional porteño, el vandalismo tuvo por primera vez una condena aleccionadora, luego que la Policía Metropolitana detuviera a tres jóvenes en momento que pintaban con aerosol los nuevos vagones de la empresa estatal Subterráneos de Buenos Aires, los que fueron condenados a cumplir tareas comunitarias. En este caso debieron limpiar los graffitis con los que mancharon los coches, una labor que hicieron en horas de la noche cuando el servicio público se interrumpe.
No es la primera vez que se detiene a estos vándalos y se les decomisan los aerosoles y otros elementos que usan para las pintadas en propiedades estatales y privadas, pero la novedad es que ahora una nueva ley de la Ciudad Autónoma incluye la figura del graffiteado, con multas que de 400 a 6.000 pesos, y la alternativa de la "probation'' o tareas comunitarias hasta 30 días. En este caso fue para limpiar el pintado de las carrocerías dañadas.
La medida de imponer el resarcimiento apunta fundamentalmente a fomentar la toma de conciencia por parte de los ciudadanos sobre la necesidad de cuidar los bienes públicos, como también desalentar estos episodios vandálicos. El graffiti tiene un alto costo en aerosoles para quien lo realiza y también se debe asumir el precio de la reparación. Por ello la importancia de encuadrar este delito que afecta tanto a la propiedad pública como privada. Y genera polémica, como la derivada de las críticas del ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, al conocer que un joven había pintado uno de los nuevos trenes chinos del ferrocarril Sarmiento a pocas horas de la presentación por parte de la presidenta de la Nación.
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