LA ESTÚPIDA VIOLENCIA DEL GRAFFITI

LA ESTÚPIDA VIOLENCIA DEL GRAFFITI

domingo, 22 de junio de 2014

CAEN VÁNDALOS EN BRUNETE


Brunete está en boca de todos. Sobre todo en lo que respecta al mundo del graffiti. La responsabilidad recae en una campaña publicitaria que llena páginas de periódicos y ocupa minutos televisivos. Se trata de la convocatoria simulada de un concurso ficticio para aquellos 'graffiteros' de Brunete que quisieran colaborar y disparar su 'arte' para lo que fue denominado como 'el Primer Monumento a la Libertad de Expresión' de la localidad madrileña.
'Se buscan grafiteros un proyecto educativo de la Facultad de Bellas Artes para limpiar la imagen del grafitero". Así rezaba el anuncio radiofónico. El premio, 300 euros, un cebo demasiado tentador para los presuntos artistas callejeros de Brunete que en su mayoría -salvo alguna notable excepción artística- manchan con firmas y garabatos las fachadas de comercios y los bancos de las calle. Durante días resultó habitual ver carteles sobre el concurso en los bares y locales comerciales de una localidad de 10.000 habitantes.
En realidad todo resultaba ser una brillante estratagema municipal, liderada por el Ayuntamiento de Brunete, y pensada y diseñada por la agencia publicitaria Mc Cann, cuya colaboración con el consistorio brunetense se remonta a tres años atrás. 'Treinta graffiteros se presentaron al concurso, de los cuales seleccionamos a cinco' relata a Teinteresa.es Raquel Martínez, directora creativa ejecutiva de la agencia. Cuál fue su sorpresa cuando comprobaron que todo era una farsa. El objetivo del ayuntamiento, magistralmente planteado por la campaña, pasaba por atraer hacia las dependencias municipales a los principales artistas del spray que manchaban la ciudad con dibujos, casi todos, de calidad más que dudosa. Después de caer en la trampa, tras mostrar fotos de sus obras a un presunto jurado, les era comunicado que el premio de 300 euros equivalía al trabajo social al que iban a dedicarse ahora para limpiar sus propios graffitis.'Ni de coña', fue la respuesta inmediata más agradable, aunque después casi todos se decidieron por la limpieza frente a la multa.
'Nos gustan las campañas que versan sobre problemas comunes a las pequeñas y grandes ciudades', comenta Martínez que insiste en que esta campaña gira sobre el 'civismo'. Con el concurso imaginario, Mc Cann buscaba dirigir y enfocar la campaña 'no a todo el mundo' sino 'al infractor, 'aquellos que no se enteran del buen uso de la libertad de expresión'. 'Pintarajear lunas de comercios o hacer firmas 'guarreras' en  los bancos del parque no es arte', bromea en serio Raquel Martínez.

Con esta idea, si bien dirigida concretamente a un puñado de graffiteros incivicos, 'lo que buscamos es asimismo viralizar y concienciar a todo el mundo', asegura la directora creativa ejecutiva de la gran agencia publicitaria. 'No hablamos de ninguna caza de brujas, al contrario, es una campaña simpatica y respetuosa que pretende demostrar que cualquiera que se compra un spray no es un graffitero', apunta Martínez, que insiste en que hay auténticas obras de arte pintadas en murales públicos. No era el caso de Brunete.

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