LA ESTÚPIDA VIOLENCIA DEL GRAFFITI

LA ESTÚPIDA VIOLENCIA DEL GRAFFITI

miércoles, 11 de junio de 2014

París contra el graffiti

París Enfrentamiento contra los grafiteros
JUAN PEDRO QUIÑONERO /PARÍS
Francia, en general, y París, en particular, distinguen entre el grafiti político radical, perseguido, y el de vocación visual y artística, aceptado con prudencia como técnica de decoración y «agitación» urbana. Siguiendo las huellas deNueva York, los muros de París comenzaron a ser utilizados por grafiteros de muy distinta sensibilidad a finales de los años 70 del siglo XX, para convertirse en fenómeno de sociedad pocos años más tarde.
La legislación nacional prohibiendo pintadas y pegadas de carteles (publicitarios o políticos) en los muros de edificios públicos, o privados, permitía atacar judicialmente a los autores. La legislación Malraux de los primeros años 60 obliga a los propietarios de todos los edificios privados a pintar y repintar las fachadas regularmente, asegurando una limpieza de la ciudad con cargo a los propietarios.
La proliferación masiva de grafitis en el metro y trenes de cercanías de París y la región desencadenó las primeras grandes batallas campales a mediados y finales de los 80. El Estado y varias compañías nacionalizadas invirtieron muchos recursos económicos y policiales para seguir la pista de muchas bandas de grafiteros que trabajaban colectivamente, iniciándose históricos procesos judiciales que terminaron imponiendo el silencio y el fin de muchos grupúsculos. La compañía nacional de ferrocarriles franceses (SNCF) se gasta cada año unos 5 millones de euros en limpieza de vagones y estaciones. La Alcaldía de París guarda silencio sobre el costo de sus servicios de limpieza para intentar camuflar un enfrentamiento inconfesable con muchas bandas de grafiteros.

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