En los últimos seis años se han recaudado 540.000 euros en sanciones y se han
limpiado 10,2 millones de metros cuadrados.
Toda la superficie del Parque del Retiro (118 hectáreas) manchado con pintadas. Es la extensión que ocuparían todos los grafitis o «tags» –firmas de sus autores– que invaden la capital si se juntaran uno a uno. Los vándalos del spray manchan año tras año los mismos metros cuadrados en la ciudad más de un millón. Esta cifra permanece estable, según la estadística del Ejecutivo de Ana Botella. En 2012, el Ayuntamiento de la capital limpió 1,2 millones de metros cuadrados. Para ello destinó 7,2 millones de euros de las arcas. Al madrileño le cuesta anualmente 2,2 euros esta limpieza que se vuelve inútil. En cuanto la pared vuelve a su ser –de aquella manera–, el grafiti regresa para invadirla. La partida para eliminar grafitis es superior a la que destina el Consistorio madrileño, por ejemplo, a "Servicios de Educación" en los últimos Presupuestos Generales (5,6 millones de euros, es decir, 1,75 por madrileño).
Centro, el más castigado
Entre 2006 y 2012, el Ayuntamiento ha realizado 682.274 actuaciones de limpieza de pintadas, traduciéndose en un total de 10,2 millones de metros cuadrados de superficie tratada y en un coste estimado de 61 millones de euros. El gasto por metro cuadrado de la limpieza es de 6 euros, aproximadamente. Son 110 personas, formadas en 55 equipos, las que se encargan de eliminar las huellas de los grafiteros. Según datos municipales de 2012, los distritos que necesitaron más limpieza de grafitis fueron Centro, el más castigado (142.632 metros cuadrados limpiados en 60.873 actuaciones); Moncloa (119.216 metros en 3.353 actuaciones); Puente de Vallecas (110.836 en 3.714 acciones); Arganzuela (108.637, en 13.145), y Salamanca (85.734 metros en 8.005 sesiones). Otros distritos, como Tetuán, aunque no aparezcan en la estadística del Consistorio, están machacados por las pintadas. Puede comprobarse fácilmente dando una vuelta por ellos.
Limpieza en 72 horas
Actualmente, la frecuencia mínima exigida de limpieza es mayor en Centro, «y así se va a mantener con el nuevo Contrato Integral de Limpieza y Conservación de espacios Públicos y Zonas Verdes que entrará en vigor en agosto», especifican desde el Gobierno municipal. «Este contrato será especialmente exigente en la eliminación de las pintadas sobre el mobiliario urbano de Áreas Infantiles, áreas de mayores y circuitos deportivos, que tendrán su propio indicador de calidad en referencia al tiempo de actuación, que garantizará que las pintadas tengan que limpiarse en menos de 72 horas», apuntan desde el Área de Medio Ambiente. En la ciudad ya hay 55.000 metros cuadrados de pintura anti-grafiti. Con el nuevo contrato se incrementará, ya que está incluido un mínimo de 5.000 metros por lote (30.000 en todo Madrid) de esta pintura al mes.
Castigos más duros
Las penas y las multas para los grafiteros en el ámbito estatal y local. En los últimos seis años, el Ejecutivo municipal inició 424 expedientes sancionadores, recaudando 540.634 euros. En 2011 se produce un incremento de multas y de cuantías por el cambio en la legislación estatal (Código Penal) y el incremento de las cantidades por realizar grafitis en la Ordenanza de Limpieza de los Espacios Públicos y Gestión de Residuos. Los responsables de la mancha de aerosol pueden ser sancionados con una multa máxima de 3.000 euros cuando de se trata de Patrimonio histórico protegido, 2.000 euros cuando se atenta en la almendra central de la ciudad y de cascos y colonias históricas de los distritos y 1.500 euros en el resto de los casos.
Más imputados en Centro
La Policía Municipal desarrolla desde mediados del 2010 un plan específico para evitar la práctica de pintadas. Está en periodo de análisis y revisión para conseguir una mejora y optimización del proyecto y los resultados obtenidos. En 2012, la Policía realizó 20 intervenciones en la vía pública con resultado de 21 personas imputadas por pintar. En lo que va de año (hasta mayo), 17 actuaciones en la calle con 14 imputados. Centro suele ser el lugar donde los agentes suelen encontrar a los grafiteros en plena acción. Ahí, apuntan desde el Cuerpo: «Hay más zonas y locales de ocio y se forman pandillas que no dudan en atentar contra el patrimonio».
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